¿Es bueno andar con tendinitis en la pata de ganso?
¿Sientes una dolencia recurrente en la parte posterior de la rodilla, donde se insertan distintos músculos? Seguramente estamos ante una tendinitis en la pata de ganso, una molestia bastante habitual, que no tiene por qué circunscribirse solo a deportistas habituales.
También la pueden padecer personas sometidas a una menor actividad física. Depende de muchos factores que describiremos en este artículo.
Es la típica dolencia más irritante que grave, aunque es cierto que, dependiendo de las personas, puede tardar más o menos en desaparecer. Es incómoda y molesta, pero, siguiendo ciertas pautas, se pueden mitigar sus efectos hasta que pueda llegar a desaparecer de forma paulatina.
¿Qué es la tendinitis?
Es sencillamente la inflamación de un tendón, que es una estructura fibrosa que conecta el músculo con el hueso y permite el movimiento de las articulaciones. Estas irritaciones suelen ocurrir mayoritariamente en los tendones de las extremidades, como rodilla, tobillo, hombro o codo.
Básicamente porque son los tendones que están sometidos a más repeticiones y presión, dependiendo del peso de la persona y de la capacidad de sus músculos para sostener los impactos diarios.
De esta forma, se pueden producir microtraumas o pequeños daños en el tejido tendinoso. Cuando se produce una tendinitis, hablamos de dolor en el área afectada, rigidez y ciertas dificultades para completar el movimiento de la articulación. El dolor tiende a empeorar si uno no detiene la actividad física y puede llegar a ser muy limitante.
¿Qué es la pata de ganso?
Hace referencia a la región posterior de la rodilla donde se insertan tres tendones diferentes: el músculo sartorio, el semitendinoso y el grácil. Para ser más exactos, se localiza cerca de la tibia, en el área interna de la parte inferior del muslo. Esta inserción de los tres tendones recibe el nombre de pata de ganso por su similitud con la extremidad de este animal, vista desde una perspectiva concreta.
¿Cómo se trata la tendinitis en la pata de ganso?
Suele incluir medidas conservadoras que impliquen el cese de la actividad, pero, dependiendo de la persona y el dolor, podría no ser un limitante completo del ejercicio físico. Aquí van algunas pautas:
- Reposo, por lo general, cuanto más, mejor. Descansar la articulación y evitar actividades que agraven los síntomas. También es cierto que un reposo muy prolongado puede debilitar los músculos y fomentar una rigidez articular. Por lo tanto, una actividad moderada y muy gradual puede ser interesante en el proceso de rehabilitación.
- Aplicación local de frío en sesiones de 15 minutos tres o cuatro veces al día. Reduce la inflamación y alivia el dolor. Hay que ser constante porque nos ayudará a desinflamar la zona.
- Fisioterapia. Nada mejor que un profesional para recomendar ejercicios y aplicar técnicas para promover la recuperación de la zona de una forma más directa.
- Escuchar al cuerpo. En caso de intentar seguir con la actividad física, valorar hasta cuándo se puede sobrellevar el dolor y no incurrir en grandes exigencias.
- Adaptar la intensidad y duración. Especialmente, si nos hemos tomado un descanso por tendinitis en la pata de ganso y luego queremos volver a la actividad. Aunque creamos que estamos recuperados, conviene no forzar la maquinaria porque pueden reaparecer las molestias.
Todo gradual, con buen calzado, seguir con la aplicación de hielo y mantener las pautas de estiramientos. Te recomendamos visitar nuestra sección de Planes de entrenamiento, con muchas ideas de rutinas que se amoldarán a tu dolencia actual.
¿Cómo dormir con tendinitis en la pata de ganso?
Aquí van algunas sugerencias para combatir la incomodidad que puede producir a la hora de dormir. Sería interesante encontrar una posición de descanso que reduzca la presión en la zona conflictiva.
Se puede probar a dormir de lado con una almohada entre las piernas para alinear las caderas y así reducir la tensión en la rodilla. Otra opción es dormir boca arriba con una almohada debajo de las rodillas para mantenerlas ligeramente flexionadas.
Previamente, sería interesante que hubiera una aplicación de hielo y que incluso se pudieran contemplar técnicas de relajación para evitar focalizarse en esa área concreta y el dolor que está produciendo.
Cada persona es diferente y tocará evaluar el grado de dolor y lo que mejor le funciona, atendiendo a las circunstancias. Una molestia tan impertinente como una tendinitis toca afrontarla con paciencia y entender que tocará disminuir el ritmo durante una temporada.