¿Qué pesa más, la grasa o el músculo?

Hay una situación que suele producirse en los primeros compases del proceso de entrenamiento en el gimnasio. Se lleva a cabo una buena rutina, se ejercita uno con disciplina durante dos o tres días a la semana, se suda mucho, se hacen buenos calentamientos donde uno acaba empapado montado en la bici estática, se superan las primeras agujetas, la mentalidad es la adecuada para evitar que la pereza se imponga, parece que todo funciona a la perfección…

Pero en el momento de subirse a la báscula para enorgullecerse de los resultados, el indicador te juega una mala pasada y marca más peso de lo que pensabas. Tú ya notas el cambio, estás más estilizado, pero la valoración objetiva de la báscula dice lo contrario. ¿A qué puede deberse?

Seguramente, a que has ganado músculo y has eliminado volumen de grasa. Pesarás más, te sentirás mejor y disminuirás una talla de ropa. Básicamente, esto se produce porque el músculo tiene una mayor densidad. Imagina un kilo de grasa como algo voluminoso que ocupa el espacio de un saco de naranjas con su malla. Ahora imagina un kilo de músculo como una sola naranja grande. Cambia la densidad y el volumen.

¿Cuánto pesan realmente el músculo y la grasa corporal?

De entrada, unos datos que avalan lo que estamos explicando. El músculo tiene una densidad de 1,06g/cm3 mientras que la de la grasa se sitúa alrededor de 0,85g/cm3. Por lo tanto, el músculo es, en términos porcentuales, más denso que la grasa en casi un 20%.

¿Qué sucede entonces? Que en el proceso de aumentar de músculo también se logra más cantidad de líquido intramuscular. Los músculos necesitan agua para almacenar el glucógeno y así disponer de la energía correspondiente cuando nos sometemos al entrenamiento.

Además, surgen otras derivadas en este proceso. El ejercicio físico estimula el apetito. A más movimiento, más necesidad de consumir e ingerir alimentos, y esto también puede repercutir en la ganancia de peso.

Tu cuerpo se va moldeando y eso no implica una pérdida de peso, pero sí una ganancia clara en salud al ir eliminando las grasas y generando hábitos beneficiosos. También pasa lo mismo con el agua. A más acción, más necesidad de hidratación, lo que indica la báscula también puede verse condicionada por este aspecto.

Grasa vs músculo, tejidos distintos

Se trata de dos tejidos completamente diferentes. Tienen estructuras, funciones y reacciones ante el ejercicio totalmente distintas, pero ambos son necesarios e importantes. La grasa tiene la misión de proteger los órganos vitales como el riñón, el hígado, los pulmones o el corazón.

Además, la grasa contribuye a mantener una temperatura corporal estable y a proporcionar reservas de energía para cuando las necesite el organismo.

En cambio, los músculos, aparte de participar en el movimiento junto a los huesos, estimulan el metabolismo basal, que es la cantidad de energía que una persona necesita estando en reposo. Esto es, las calorías mínimas que el cuerpo necesita para seguir funcionando.

Por lo tanto, a más cantidad de músculos, más calorías va a necesitar y quemar el cuerpo estando en una condición de reposo.

Beneficios del aumento muscular

Son múltiples porque el músculo hace que las articulaciones no sufran tanto, y más con la pérdida del colágeno que puede derivarse del envejecimiento. Además, la masa muscular ayuda a mantener unos buenos niveles de azúcar en la sangre.

Nos ayudan a mejorar nuestra actividad física y a estimular nuestro metabolismo. Nos mantiene saludables, nos permite el movimiento y nos da fuerza para acometer nuestra rutina deportiva.

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