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Planes de entrenamiento

¿Qué tipo de fibras musculares existen?

Conocer nuestro cuerpo y saber cómo funciona también es una parte enriquecedora del proceso que nos permitirá conseguir mejores resultados. Entender el porqué de las cosas puede reforzar la consecución de nuestros objetivos.

Para ello, es importante saber qué son las fibras musculares, cuántos tipos hay, cómo se pueden entrenar, cómo se ven afectadas por el paso del tiempo, qué perfil tenemos y en función de eso enfocarnos y ajustar nuestro entrenamiento para potenciar nuestras fibras musculares.

¿Qué son las fibras y cuántas hay?

¿Qué son las fibras y cuántas hay?

Son células individuales que componen los músculos esqueléticos de nuestro cuerpo. Cada fibra se ve envuelta por una membrana y contiene estructuras contráctiles. Es decir, nuestros músculos están compuestos por muchas fibras agrupadas en fascículos cuya longitud y diámetro pueden variar dependiendo de la función específica del músculo en nuestro engranaje.

La cantidad de fibras musculares puede variar de una persona a otra y depende de factores como la genética, el tipo de actividad física llevada a cabo y la edad. Sin embargo, se estima que un adulto puede tener una cantidad de fibras que oscilan entre las 600 y 850 en todo el cuerpo. A su vez, músculos como el cuádriceps pueden llegar a alojar otras decenas de miles individuales. 

¿Qué tipos de fibras encontramos?

Existen tres tipos principales de fibras musculares, cada una con características y funciones distintas:

·  Fibras rápidas: son las más fuertes y explosivas. Generan una gran tensión muscular en poco tiempo, pero tienen una rápida fatiga como contrapartida. Esto lo vemos rápidamente cuando nos ponemos a hacer pesas. Tal vez las primeras repeticiones no cuestan pero, una vez hemos desgastado las fibras rápidas, entran en escena las lentas que tan solo nos permiten seguir a duras penas. O bajamos el paso o tenemos que descansar porque el fallo muscular se aproxima. Estas fibras tienen la capacidad de hipertrofiarse y ganar en tamaño. Son las que utilizamos para ejercicios explosivos como levantar pesas, sprints o competir en deportes colectivos.

·  Fibras lentas: tensión menor, menos fuerza máxima y menor velocidad de contracción. Pero son muy resistentes. Poseen una gran capilaridad y mantienen una gran irrigación. Es decir, les llega mucha sangre y, por lo tanto, oxígeno. Tienen una naturaleza aeróbica. Se utilizan en actividades como carreras de larga duración.

·  Fibras intermedias: son, como su nombre indica, un medio camino entre ambas. Conservan características de las fibras rápidas, aunque sin ser tan explosivas y, a la vez, son más resistentes que las rápidas aunque no tanto como las lentas. Tiene un metabolismo mixto, a caballo entre el aeróbico (lentas) y anaeróbico (rápidas).

La mayoría de los músculos de nuestro cuerpo tienen una combinación de este tipo de fibras. La proporción viene determinada por la genética de cada individuo y por otros factores como el entrenamiento y la actividad física.

La transformación de fibras

El hecho de contar con un tipo predominante de fibra u otro puede definir nuestras capacidades para desarrollar un ejercicio con mayor capacidad que otro. Un levantador de pesas puede que haya tenido una predisposición inicial de más cantidad de fibras de contracción rápida que un fondista, en cuyo caso tendrá una mayor concentración de fibras lentas. Eso sí, a través del entrenamiento, es posible modificar la composición de fibras para adaptar mejor el músculo a ciertos requerimientos.

Podremos transformar fibras rápidas en intermedias, e intermedias en lentas, pero es casi imposible que suceda al revés y haya un proceso de recuperación de fibras rápidas. 

Con el paso del tiempo, se pierde velocidad y no se vuelve a recuperar. Al contrario que la resistencia, la cualidad que, conforme pasan los años, se puede mantener e incluso aumentar. Esto se debe al hecho de que, conforme cumplimos años, el cuerpo transita hacia las fibras lentas. 

Un entrenamiento muy específico, basado en fuerza y velocidad, como mucho puede mantenerlas y sostenerlas al máximo en el tiempo pero no podrá recuperar las fibras perdidas ni mucho menos convertir las lentas en rápidas.